jueves, 4 de noviembre de 2010

EL REALISMO FRANCES

EL REALISMO FRANCES
(RESUMEN)


CRONOLOGÍA:
Triunfa entre 1848 y 1870. Convive con la pintura académica y con los primeros años del impresionismo.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS:
Reacción contra el falseamiento romántico o neoclásico de la realidad, lo que entendemos como pintura académica, representando a ésta tal y cómo se ve.
Composiciones sin teatralidad ni pose afectada, gestos heroicos o atormentados.
Importancia del dibujo.
Acabados con detalles muy cuidados, exceptuando Daumier.
Coulbert: Buenos días, señor Coulbert. 1853
CARACTERÍSTICAS TEMÁTICAS:
Escenas de la vida cotidiana, especialmente de las clases humildes (campesinos y obreros urbanos) y de la pequeña burguesía. Rechazo de los temas históricos y orientalizantes.
Subyace una crítica social y política. Algunos pintores están muy comprometidos con el socialismo.
Hay una corriente puramente paisajística, sin pretensiones políticas.

Tras la explosión emocional que supone el Romanticismo, frecuentemente alineado con los nostálgicos del Antiguo Régimen, los artistas y escritores sienten la sacudida de las oleadas revolucionarias de 1830 y 1848, ésta última en especial, debido a las brutales represiones que provocaron los gobernantes (Luis Felipe, el emperador francés, anuló la libertad de prensa, de reunión, de expresión y ordenó matanzas indiscriminadas en las barricadas parisinas). Al mismo tiempo que la agitación, se introducen con fuerza las teorías filosóficas del positivismo de Compte, mientras que en economía se practica el primer liberalismo salvaje de la historia, con terribles consecuencias sobre la formación del proletariado rural y urbano. El socialismo utópico trata de compensar la situación y muchos de los pintores y escritores realistas se sienten atraídos por su ideología: Balzac encabezó el movimiento literario de un realismo descarnado. En pintura, el precedente más inmediato es el paisajismo de la Escuela de Barbizon, en la cual se incluyó Millet. Éste pintó temas de labores campesinas, aunque con más naturalismo que reivindicación social, pese a lo cual tuvo que trasladarse a Gran Bretaña durante la revolución de 1848. El más destacado en la pintura combativa del Realismo fue Courbet, seguido en el grabado por Daumier. Ambos son ejemplos de lucha a través de las armas del arte; muy combativos, fueron encarcelados y liberados, protagonizando continuos escándalos con las fuerzas de seguridad y la autoridad del Estado. La sátira y la crítica periodística estaban muy unidas a sus obras, que solían aparecer publicadas en panfletos, libelos y periódicos clandestinos. A ellos les acompañó con frecuencia el verbo mordaz de Baudelaire, profundo admirador de su pintura. Goya fue un pilar básico en la pintura del Realismo francés, como lo había sido, de otra manera, durante el Romanticismo. El aprovechamiento que de sus series caricaturescas se hizo durante este período fue extraordinario, sólo es necesario comparar sus grabados de Caprichos con los de crítica costumbrista de Daumier. Respecto a la estética realista, resulta innecesario comentar que se suma al detallismo y la verosimilitud, y se aleja de las composiciones extravagantes. Sus óleos pretenden ser claros y directos en la transmisión de su mensaje, para lo cual se remiten a una perfecta captación de la psicología de sus personajes, así como de las calidades materiales, recuperando en cierta medida la lección pictórica de realismo que ofrece el Siglo de Oro español.

LINKS

http://www.youtube.com/watch?v=lcPe-tZhB7E

http://www.youtube.com/watch?v=_IqylIPMzPc&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=WVVgN9FaZcE&feature=related

martes, 2 de noviembre de 2010

El Romanticismo

El Romanticismo. Manifestaciones
El romanticismo fue un movimiento que afectó a diversos campos: literario, artístico (arquitectura, pintura, etc), filosófico, musical o político.

Arquitectura
Palacio de Westminster
Se caracterizó en buena parte por la evocación de los estilos propios de la Edad Media, especialmente el gótico. Así surgieron el neogótico, el neorománico o el neobizantino. Sin embargo rechazó el estilo renacentista que inspiró a los arquitectos neoclásicos.
Durante el período romántico se terminaron edificios medievales inconclusos (ej. la catedral de Barcelona) y se restauraron otros. Uno de los más emblemáticos fue el Palacio de Westminster (1836) sede de las dos cámaras del Parlamento Británico en Londres.

Escultura
A diferencia de la arquitectura, los escultores románticos no volvieron sus ojos a la Edad Media, manteniendo en cierta medida las pautas del Neoclásico al que sin embargo dotaron de un mayor movimiento y fuerza expresiva. Los temas más utilizados fueron de carácter contemporáneo más que mitológico.
Carpeaux. La danza
Sobresalieron las figuras de Rudé (La Marsellesa) y Carpeaux.

Pintura
Frente al predominio de la línea y el dibujo neoclásicos, el color y la luz adquirieron protagonismo. Se concedió especial relevancia a los temas históricos representados a mediante escenas célebres, pero también fueron tratados profusamente los coetáneos.
Frente al inmovilismo neoclasicista los cuadros románticos estaban impregnados de gran dinamismo. La naturaleza adquirió un particular significado siendo captada en sus facetas más violentas y salvajes.

Destacaron pintores como Géricault (La balsa de la medusa) y Delacroix (La matanza de Quíos y La libertad guiando al pueblo) en Francia, así como Friedrich en Alemania.

Claseshistoria.com

Abel

martes, 26 de octubre de 2010

NEOCLASICO

NEOCLASICO
(RESUMEN)

Orígenes
Con el deseo de recuperar las huellas del pasado se pusieron en marcha expediciones para conocer las obras antiguas en sus lugares de origen. La que en 1749 emprendió desde Francia el arquitecto Jacques-Germain Soufflot, dio lugar a la publicación en 1754 de las Observations sur les antiquités de la ville d'Herculaneum, una referencia imprescindible para la formación de los artistas neoclásicos franceses. En Inglaterra la Society of Dilettanti (Sociedad de Amateurs) subvencionó campañas arqueológicas para conocer las ruinas griegas y romanas. De estas expediciones nacieron libros como las Antigüedades de Herculano (1757-1792) financiada por el Rey de Nápoles (luego Carlos III de España), que sirvieron de fuente de inspiración para los artistas de esta época.
También hay que valorar el papel que desempeñó Roma como lugar de cita para viajeros y artistas de toda Europa e incluso de América. En la ciudad se visitaban las ruinas, se intercambiaban ideas y cada uno iba adquiriendo un bagaje cultural que llevaría de vuelta a su tierra de origen. Allí surgió en 1690 la llamada Academia de la Arcadia o Arcades de Roma, que con sus numerosas sucursales o coloniae por toda Italia y su apuesta por el equilibrio de los modelos clásicos y la claridad y la sencillez impulsó la estética neoclásica.
La villa romana se convirtió en un centro de peregrinaje donde viajeros, críticos, artistas y eruditos acudían con la intención de ilustrarse en su arquitectura clásica. Entre ellos estaba el prusiano Joachim Winckelmann (1717-1768), un entusiasta admirador de la cultura griega y un detractor del rococó francés; su obra Historia del Arte en la Antigüedad (1764) es una sistematización de los conocimientos artísticos desde la antigüedad a los romanos.
...En Roma también trabajaba Giovanni Battista Piranesi (1720-1778); en sus grabados, como Antichitá romana (1756) o Las cárceles inventadas (1745-1760), y transmite una visión diferente de las ruinas con imágenes en las que las proporciones desusadas y los contrastes de luces y sombras buscan impresionar al espectador.
El trabajo está cargado de simbolismo: la figura en el centro representa la verdad rodeada por una luz brillante (el símbolo central de la iluminación). Dos otras figuras a la derecha, la razón y la filosofía, están rasgando el velo que cubre verdad.
La Ilustración representaba el deseo de los filósofos de la época de Razón (filosofía) racionalizar todos los aspectos de la vida y del saber humanos. Vino a sustituir el papel de la religión (como organizadora de la existencia del hombre) por una ética laica que ordenará desde entonces las relaciones humanas y llevará a un concepto deísta de la verdad.
La pintura neoclásica es un movimiento pictórico nacido en Roma en la década de 1760 y que se desarrolló en toda Europa, arraigando especialmente en Francia hasta aproximadamente 1830, en que el Romanticismo pasó a ser la tendencia pictórica dominante.
El Neoclasicismo se sitúa entre el Rococó y el Romanticismo. Pero en muchas ocasiones, el tránsito de uno a otro estilo no es fácil, porque tienen rasgos semejantes. Si lo característico del Neoclasicismo era revivir otra época, en concreto la Antigüedad clásica, realmente no se diferencia de intentar recrear la Edad Media o la vida en países orientales, pues en ambos casos se recurría a temas exóticos, ajenos a la realidad de la sociedad en la que el pintor trabaja. En realidad, clasicismo y Romanticismo son tendencias estilísticas burguesas que reaccionan frente al aristocrático rococó, y como tal ideología burguesa, aspira tanto al orden y la estabilidad, como a la libertad que les era negada por el Antiguo Régimen; del mismo modo, es la burguesía la que se plantea la dialéctica entre la razón, que defiende un sistema político más racional que el del Antiguo Régimen, y el sentimiento, muchas veces puro sentimentalismo burgués frente a la cínica frialdad e indiferencia de la aristocracia. En este sentido, el Neoclasicismo representaría la aspiración a un orden regido por la razón, mientras que el Romanticismo representaría las igualmente burguesas ideas de libertad en un mundo dominado por el sentimiento individual.
Y ello sin olvidar que en este período neoclásico de 1760-1830 trabajaron artistas como Goya, Füssli o Blake, que escapan a cualquier clasificación, ensalzando más lo irracional y la locura que la serenidad a la antigua. E igualmente coincide en el tiempo con el movimiento prerromántico alemán del Sturm und Drang.
Contexto histórico y social
En las artes plásticas, el movimiento europeo llamado «Neoclasicismo» comenzó después del año 1765, como una reacción a los estilos Barroco y Rococó. Estos estilos se percibían como agotados y la solución pasaba bien por crear un estilo enteramente nuevo, bien por recrear el estilo de una época que, por considerarse la más cercana al ideal, se reputaba como «clásica». Con la llegada de la Revolución francesa (1789), el Neoclasicismo se adoptó como el estilo propio de la burguesía frente al rococó aristocrático, la respuesta estética propia de la revolución.
El Neoclasicismo también era expresión del pensamiento de la Ilustración. No hay que olvidar los ataques que Diderot dirigía a Boucher, representante del rococó. Para el enciclopedista, debía preferirse en arte el estilo sereno del arte antiguo. En torno al año 1760, Diderot afirmaba que la función del arte era educar y hacer que la virtud pareciera atractiva, «el vicio odioso y el ridículo estrepitoso». Las obras por lo tanto debían tener una intención didáctica y moralizante, lo cual viene ejemplificado en las obras de Jean-Baptiste Greuze (1725-1805), aún enmarcadas estilísticamente en el rococó.

Henry Fuseli, El artista conmovido hasta la desesperación por la grandeza de los restos antiguos, 1778–79.
Se deseaba regresar a lo que se percibía como «pureza» de las artes de la Antigua Roma, la más vaga percepción («ideal») de las artes griegas y, en menor medida, al clasicismo renacentista. Una circunstancia que contribuyó al nacimiento del Neoclasicismo es que la Antigüedad grecorromana, simplemente, se puso de moda. Ello se debió en gran medida a los descubrimientos arqueológicos de la época en Herculano (1738) y Pompeya (1748). Se difundieron obras arqueológicas y otras que reproducían imágenes de las ruinas clásicas. Decisiva fue la obra de Winckelmann (Historia del Arte de la Antigüedad), pero hubo otros como los escritos del arqueólogo conde de Caylus, The antiquities of Athens (Las antigüedades de Atenas) (1762) de los británicos Stuart y Nicholas Revett, Ruines des plus Beaux monuments de Grèce (Ruinas de los más bellos monumentos de Grecia) (1758) del francés Julien-David LeRoy, y los grabados con las Vistas de Roma, realizados por el italiano Giovanni Battista Piranesi entre 1748 y 1775. Lessing publicó su ensayo estético Laocoonte; gracias al debate entre Lessing y Winckelmann a propósito de la estatuaria helenística, los artistas aprendieron que los grandes sufrimientos se expresan mediante movimientos contenidos y no con gesticulaciones desagradables.

Anton Raphael Mengs: Retrato de Johann Joachim Winckelmann, poco después de 1755.
Los europeos del siglo XVIII veían en aquella Antigüedad clásica una época de esplendor, de virtudes éticas que, si se introducían en la sociedad de la época, podría ayudar a regnerarla. Para Winckelmann el ideal estaba más bien en la Grecia del siglo V a. C. mientras que la Francia de la época revolucionaria se fijaba más en la Antigua Roma: la Roma republicana durante el periodo revolucionario, y luego el Imperio de los Césares durante el período napoleónico.
Esa época se intentó revivir en diversos aspectos, incluido el arte y la pintura. Cada movimiento artístico «neo»-clasicista selecciona algunos modelos entre todos los clásicos posibes que están a su disposición, e ignoran otros. El problema que se encontraron los pintores fue que la pintura de la Antigua Grecia, a diferencia de lo que ocurría con la arquitectura o la escultura, estaba perdida irremisiblemente; así que los pintores neoclásicos la revivieron imaginariamente, en parte a través de frisos en bajorrelieve aunque era difícil superar su carencia de color, mosaicos y pintura sobre cerámica y en parte a través de los ejemplos de pintura y decoración del Alto Renacimiento de la generación de Rafael, frescos en la Domus Aurea de Nerón, Pompeya y Herculano y a través de una renovada admiración por Nicolas Poussin. Gran parte de la pintura «neoclásica» no es más que clasicista en su tema.
Winckelmann, junto con su compatriota Anton Rafael Mengs fijaron las bases del Neoclasicismo pictórico, buscando recuperar el «buen ideal», la «noble simplicidad» del pasado y su «serena grandeza». El crítico Antoine Chrysostome Quatremère de Quincy acabó de sentar las bases del nuevo estilo en Francia. Finalmente, no puede dejarse de lado la influencia de las Academias, que se establecieron a lo largo de todo el siglo XVIII defendiendo siempre ideas clasicistas y que vieron confirmados sus postulados estéticos en los descubrimientos arqueológicos.
[editar] Técnicas
Predominó el dibujo, la forma, sobre el colorido. Ello da como resultado una estética distante del espectador, reforzado por la luz clara y fría que bañaba las escenas, ya que si se adoptaran tonos dorados se introduciría en la obra una sensualidad que se rechazaba en la estética neoclásica. A veces se usaba el claroscuro, con una iluminación intensa de los personajes que interpretaban la escena en el centro del cuadro, dejando en las tinieblas el resto del cuadro. Al destacar el dibujo sobre el color, este último era mero coloreado, que informaba sobre el contenido del cuadro, modelando los objetos representados, sin tener valor estético por sí mismo. En contraste con las pinturas barrocas y rococó, las neoclásicas carecen de colores pastel y de confusión; en lugar de ello, usan colores ácidos. La superficie del cuadro aparecía lisa, con una factura impecable en la que difícilmente se apreciaban las pinceladas del autor, lo cual contribuía a establecer la distancia entre el autor y el tema y de éste con el espectador.
Se cultivó sobre todo el cuadro de historia, reproduciendo los principales hechos de la Revolución francesa y exaltando los mitos griegos y romanos, a los que se identificó con los valores de la Revolución. Los temas representados siempre eran serios y eruditos, con intención moralizante: alegorías e historias que transmitían valores ejemplares como el sacrificio del héroe o el patriotismo. Bajo Napoleón Bonaparte, se llegó a una clara intención propagandista. Las fuentes que inspiraban las obras eran Homero, la historia de Roma Antigua en especial Tito Livio, y poemas de Petrarca. En muchos casos, las escenas no representaban el momento álgido de la historia, sino el momento anterior o posterior.
Generalmente se pintó al óleo sobre lienzo, pero también hubo frescos. Los cuadros respetan, en general, el carácter ortogonal del lienzo. El estilo buscaba la sencillez también en la composición. Cada cuadro se refería a un solo tema principal, sin temas secundarios superfluos que pudieran distraer. No son cuadros de gran profundidad, sino con una construcción frontal que recuerda a los frisos y bajorrelieves clásicos. El marco suelen ser arquitecturas arcaizantes, y no paisajes, y si la escena ocurría en un interior, a veces se dejaba este segundo plano en la penumbra para que nada distrajera de la escena que se desarrolla en primer término. En este marco se pintaban, en primer plano, un número limitado de figuras humanas que componían la escena, aislados por lo general los unos de los otros.
Estos personajes que ocupaban el primer plano estaban representados con una anatomía ideal, perfectas musculaturas sin defectos que recordaban a las estatuas clásicas como el Apolo de Belvedere. Normalmente se dibujaba siguiendo el «método de la cuadrícula»: los personajes se dibujaban desnudos en una hoja de papel cuadriculado y luego se trasladaban así al cuadro. Allí podían reproducirse desnudos si eran figuras masculinas: era el desnudo heroico clásico, si bien ocultos los genitales por algún elemento accesorio como colocado por azar. Si eran mujeres, no se representaban desnudas. Estas figuras ideales, estatuarias, también podían ser revestidas al modo de actores de teatro con ropajes majestuosos, que recordaran por su solemnidad y riqueza a las vestimentas clásicas. Las posturas que adoptaban los personajes eran contenidas, no importaba cuán intenso fuese el sentimiento que podía dominar la escena, puesto que así conservaban esa belleza ideal, sin que el dolor deformara sus rasgos.
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(REVISA LOS VIDEOS)

jueves, 21 de octubre de 2010

Acuarela.

Distintos ejemplos de estilos y técnicas para trabajar la acuarela.

Bettina Sellman

Molly Brill



Gottfried Helnwein


Marilyn Manson









domingo, 17 de octubre de 2010

la pintura BARROCA

LA PINTURA BARROCA
(RESUMEN Tomado de WIKIPEDIA)
Características
La pintura barroca se aleja del elitismo manierista en busca de una expresión más didáctica. Es una pintura realista, naturalista, que dota al cuadro de contenido sugerente, formas ensoñadoras, poesía y evocación de lo antiguo, exceptuando los interiores holandeses. Las obras barrocas están dotadas de un profundo naturalismo. El pintor barroco plasma la realidad tal y como la ve, con sus límites imprecisos, sus formas que salen y entran, los objetos de primer plano intrascendentes, los escorzos y las posturas violentas, y las composiciones diagonales que dan a la obra gran dinamismo.
Durante este período artístico la pintura adquiere un papel prioritario dentro de las manifestaciones artísticas. Siendo la expresión más característica del peso de la religión en los países católicos y del gusto burgués en los países protestantes.
Mientras que la dinámica del espacio, la visión de las escenas en profundidad, la estructuración de las composiciones mediante diagonales y la distribución de manchas de luz y de color, configuran el espacio como algo dinámico, donde los contornos se diluyen y las figuras pierden relevancia frente a la unidad de la escena. El color, la luz y el movimiento, son los elementos que definen la forma pictórica.
La pintura barroca holandesa y de Flandes es heredera directa de la flamenca, tiene un lenguaje más burgués, que le diferencia del lenguaje cortesano del resto del mundo.
El barroco admite una gran variedad de temas y técnicas, propaga los valores de la Contrarreforma, el absolutismo y la burguesía. Se recrea en los espacios abiertos, predomina el color y la luz sobre el dibujo, y busca los efectos de contraste que producen las luces y las sombras, con una técnica que se llamará tenebrismo. La pincelada suele ser larga y flexible. Frecuentemente utiliza la perspectiva aérea para dar profundidad al cuadro.
Se acude a los temas religiosos, escenas de santos, mitológicos y el retrato, tanto el individual como el de grupo, que aparece ahora. El paisaje humanizado cobra importancia por sí mismo (marinas, vistas rurales, etc.), y surge como tema nuevo el bodegón, sin presencia humana. Se desarrollan nuevos géneros como los bodegones, paisajes, retratos, cuadros de género o costumbristas, así como se enriquece la iconografía de asunto religioso. Existe una tendencia y una búsqueda del realismo que se conjuga con lo teatral y lo efectista.
No se entiende la pintura barroca sin hacer referencia a dos estéticas diferentes: el tenebrismo y el eclecticismo o clasicismo. El tenebrismo consiste en el choque violento de la luz contra la sombra. Da a las obras un rabioso naturalismo. El fondo queda en penumbra, o desaparece, mientras que la escena queda en primer plano. El eclecticismo trata de salvar el gusto clásico dentro de la nueva estética. Si en el tenebrismo se aboga por el naturalismo en el eclecticismo se hace por el idealismo. Esta es la estética que triunfa dentro de la Iglesia Católica, ya que es la más apta para exaltar a la Iglesia. Se trata de una estética decorativa efectista y teatral.
[escribe] La pintura barroca en Italia
En Italia se desarrolla ante todo una pintura religiosa y decorativa, con una figura clave, Caravaggio.
Michel Ángelo Merisi, Caravaggio, es el creador y divulgador del tenebrismo, un gran genio de la pintura universal. En sus cuadros encontramos los mejores ejemplos de tenebrismo y del rabioso naturalismo que implica. Es un pintor independiente y rebelde que influye en todos los grandes pintores de su tiempo, aunque no crea una escuela. Utiliza los modelos que le presenta la realidad, incluido lo feo; y lo grotesco. Entre sus obras destacan el Martirio de san Mateo, en el que acentúa los rasgos del personaje gracias al tenebrismo: San Jerónimo, Cesto de frutas, Baco adolescente, etc. Ignora el paisaje de fondo, el problema del espacio y la perspectiva. Entre sus temas se encuentran los bodegones y las naturalezas muertas, pero sobre todo el hombre, del cual trata de captar su psicología.
La escuela de los Carracci es la representante del eclecticismo, mucho más clásico y por lo mismo más aceptada por el poder. La escuela se instala en Bolonia y creará la Academia de Bolonia, la primera Escuela de Bellas Artes. Para ellos el paisaje es el gran protagonista. A esta escuela pertenecen Ludovico Carracci, el fundador de la escuela, junto con Agostino Carracci: Última comunión de san Jerónimo, y Aníbal Carracci: galería del palacio Farnesio. De esta escuela saldrán grandes pintores como Guido Reni: El bautismo de Cristo, Francesco Albani: decoración de diversos palacios en Roma, Doménico Zampieri, el Domenichino: Diana cazadora, y Francesco Barbieri, el Guercino: Abraham expulsa a Agar y a su hijo.
En casi todas las repúblicas italianas encontramos grandes pintores. En Nápoles trabajan Giovanni Batista Cariacciolo, el Batistello: San Cosme y san Damián; Massimo Stanzioni: Degollación del Bautista, y Mattia Pretti: El agua de la peña. Todos influidos por Caravaggio, que vivió allí. También napolitano es Lucas Jordán aunque trabaja fundamentalmente en España: Cristo expulsando del templo a los mercaderes. Por Roma pasan todos los grandes pintores, pero aquí no hacen escuela. De tendencia tenebrista encontramos a Horacio Gentileschi: La Sagrada Familia con santa Catalina, y Bartolomeo Manfredi. De tendencia ecléctica están Andrea Sacchi: Visión de san Romualdo, y los grandes muralistas, entre los que destacan Pietro de la Cortona, otro de los grandes pintores del barroco (no confundir con el arquitecto Pietro di Cortona, que también pinta). Trabaja, fundamentalmente, sobre grandes muros y bóvedas. Su pintura se caracteriza por un brillante colorido, su agitación y sus forzados escorzos: Afrodita y su hijo Eneas; y Andrea del Pozo: Triunfo de san Ignacio. En Florencia trabaja Carlo Dolci: David con la cabeza de Goliat. Y en Milán lo hace Giovanni Batista Crespi: La comunión como viático.
En Venecia, durante el siglo XVII, sólo encontramos a Domenico Feti: La parábola de los talentos. Pero en el siglo XVIII trabajarán aquí algunos grandes pintores, que traspasan la frontera del barroco para entrar en el rococó, como Sebastián Ricci: Los santos ruegan a la Virgen por las almas del purgatorio, Gian Battista Piazzetta: que transforma el tenebrismo ya que colorea las zonas obscuras: La adivinadora. Pero sobre todos está Gian Battista Tiépolo, con sus sonrisas y su luz etérea y plateada: Abraham y los tres ángeles. Tiépolo trabaja en Madrid donde decora el salón del trono del Palacio Real. En estos momentos en Venecia toma carta de naturaleza el paisaje urbano. Luca Carlevaris forma una escuela de grandes paisajistas. Entre ellos destacan Antonio Canal, Canaletto: Paisaje de Venecia, y Francesco Guardi: Paisaje con ruinas antiguas.
[escribe] La pintura barroca en España
En España, el barroco supone el momento culmen de la actividad pictórica, destacando sobre un magnifico plantel de pintores, la genialidad y maestría de Velázquez. El barroco es para España la época de oro de la pintura. El tema principal es el religioso, ya que España es la campeona de los valores tridentinos. La Iglesia es el gran mecenas de artistas, junto con la Corte, por lo que los temas religiosos dominan sobre todos. Los pintores españoles conocen el arte europeo más que por los viajes porque muchos de los grandes artistas trabajan en algún momento en España. Su técnica preferida es el óleo, aunque utilizan todas. Al igual que en Italia, la pintura se debatirá ente el tenebrismo y el eclecticismo. En el siglo XVIII triunfarán los modelos flamencos más coloristas, aunque no hasta llegar al rococó. Seguirá habiendo dos grandes centros Madrid, por la Corte, y Sevilla, la puerta de América, aunque aparecen centros secundarios como Valladolid, Toledo, Valencia y Badajoz. Distinguiremos tres escuelas: la valenciana, la andaluza y la madrileña.
La escuela valenciana está muy influida por el tenebrismo de Caravaggio, por el puerto de Valencia entran en España los cuadros italianos destinados a las colecciones reales. Destacan Francisco de Ribalta, que es el primer gran pintor español que acepta los supuestos barrocos de Caravaggio: Cristo abrazando a san Bernardo, San Bruno, San Francisco abrazando al Crucificado, La Sagrada Familia; José de Ribera trabaja en Italia, donde le llaman el Spagnoletto. Es uno de los grandes pintores del momento. Al principio sus cuadros son muy tenebristas, pero con el tiempo va aclarando su paleta: San Andrés, Martirio de san Bartolomé, El patizambo, Arquímedes, El sueño de Jacob.
En la escuela andaluza son frecuentes los temas mitológicos y el de la Inmaculada, por sí sola pone a la pintura española como referente del arte universal. Entre sus pintores destaca Francisco de Zurbarán, que es uno de los pintores geniales del periodo. Trabaja fundamentalmente para la Iglesia, por lo que su tema más recurrente son los frailes y las monjas. Trata de conmover desde la sencillez. Es un pintor adicto al tenebrismo, con el que consigue modelados muy plásticos. Tiene cuadros como La Inmaculada Concepción, Bodegón, Santa Catalina, San Hugo en el refectorio de los cartujos, Autorretrato. Alonso Cano es otro de los grandes pintores, también arquitecto y escultor. Se forma en Sevilla junto con Velázquez. Utiliza, en sus obras, el tenebrismo, pero rehuye el realismo y opta por el idealismo de la escuela de Bolonia. Pinta: La vida de la Virgen, La anunciación, Virgen con el Niño. Bartolomé Esteban Murillo es otro de los grandes genios de la pintura. Trabaja en Sevilla junto a Zurbarán. Sus composiciones son sencillas, las figuras se recortan en el cielo con fondos vaporosos. Impone el modelo de Virgen con el Niño y de Inmaculada: Niños comiendo sandía, Los niños de la concha, La Inmaculada Concepción, La adoración de los pastores. Juan de Valdés Leal es otro de los grandes pintores del arte barroco. Sus obras se caracterizan por la pasión y el movimiento, el predominio de lo macabro, los colores brillantes y los efectos tenebristas: Tentaciones de san Jerónimo, Las postrimerías. Otros pintores son Juan de Roelas, Francisco Herrera el Viejo y Francisco Pacheco, maestro de Velázquez.
En la escuela de madrileña trabaja Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, que es, probablemente, el pintor más genial de todo el período. Velázquez viaja a Italia y es pintor de la Corte, lo que le libera de la servidumbre del mecenazgo religioso. Recibe la influencia de Rúbens. Hace grandes avances técnicos, como la resolución de la perspectiva aérea. Pinta temas mitológicos, aunque alegóricos, como La fragua de Vulcano, y temas históricos como La rendición de Breda. Retrata a la familia real y a su corte, junto con sus bufones. En estos retratos consigue plasmar toda la profundidad psicológica del personaje. También pinta cuadros de gran complejidad compositiva, como Las hilanderas o Las meninas. Otras obras importantes suyas son los retratos del Papa Inocencio X, Felipe IV cazador, La dama del abanico, El bufón Pablo de Valladolid, y cuadros como La Inmaculada, El Cristo crucificado, La vieja friendo huevos, El aguador de Sevilla, El triunfo de Baco o La venus del espejo. Junto a él trabajan los pintores de la Corte, como fray Juan Sánchez Cotán, Juan Carreño de Miranda: Carlos II, Claudio Coello; La Sagrada Forma, o Juan Bautista Mazo.
[escribe] La pintura barroca en Francia
En Francia, la pintura es sobre todo mitológica y retratística, con Poussin como su mejor exponente. La pintura francesa tiene un carácter más clásico y cortesano. Aquí trabajan Georges de La Tour, que pinta tanto temas religiosos como profanos. Su pintura se caracteriza por los volúmenes planos y geométricos, y por el estudio de la luz a la manera tenebrista: San Jorge carpintero, La riña de mendigos, Job reprendido por su mujer, La Magdalena.
Los hermanos Antoine le Nain, Louis le Nain y Mathieu le Nain aportaron a la pintura la inocencia rural, de donde procedían, y los personajes humildes, captados con sus defectos y sus virtudes: La comida del campesino, La fragua.
Nicolás Poussin estuvo más influido por el eclecticismo de la escuela de Bolonia. Encuentra su inspiración en las formas clásicas. Tiene interés por el paisaje, al que hace protagonista de la escena: Martirio de san Erasmo, El rapto de las sabinas, Bacanal.
Claudio Lorena se caracterizada por la importancia del paisaje y la expresividad poética, los ambientes luminosos y los elementos atmosféricos. Pinta escenas naturales con ruinas clásicas en las que hay pequeños personajes: El desembarco de Cleopatra, El embarque de santa Úrsula.
Tiene especial importancia la pintura cortesana de retratos fríos que prescinden de los rasgos personales para plasmar la categoría social. Entre los retratistas destacan Felipe de Champagne: Luis XIII, Mazarino, Richelieu, Luis XIV, y retratos colectivos. La Corte también demanda pintura decorativa para sus palacios. Destacan Simón Vouet: Alegoría de la riqueza, Charles le Brun: Las cuatro grandes batallas de Alejandro. Le Brun fundó la Real Academia, con la que ejerció una auténtica dictadura sobre el arte de la época. Otros pintores son Eustache le Sueur: Las musas, y Pierre Mignard, el retratista de moda, La Virgen del racimo.
El siglo XVIII es el del rococó en el que sobresale Jean Antoine Watteau, el gran pintor de escenas elegantes llenas de movimiento y color: Los Campos Elíseos, Fiestas de amor, La muestra de Gersaint. Otros pintores de estilo rococó son François Boucher: Diana saliendo del baño, Maurice Quentin de la Tour: El notario Laideguive, Simenon Charlin: Muchacha con el juego del bádminton, Hyancinthe Rigaud: retrato de Luis XIV, y Jean Honore Fragonard: El abate de Saint-Non.
[escribe] La pintura barroca en Flandes
En Flandes domina el panorama la figura de Rubens, desarrollando una pintura aristocrática y religiosa, mientras que en Holanda, la pintura será burguesa, dominando los temas de paisaje, retratos y vida cotidiana, con la figura de Rembrant como su mejor exponente.
La tradición pictórica de Flandes es sobradamente conocida. Se centra en el gusto burgués por lo cotidiano y los detalles, y la exaltación de su modo de vida. En estos momentos de convulsiones religiosas en Europa, Flandes es defensora del catolicismo, mientras que Holanda lo será del protestantismo. Sin embargo, su pintura es decorativa, opulenta y hedonista.
Entre todos los pintores flamencos destaca Pieter Paul Rubens, que junto con Rémbrandt y Velázquez son los tres grandes genios del barroco y figuras clave en la historia del arte. Rúbens viaja por toda Europa en su condición de diplomático. Visita Italia, donde conoce la obra de Miguel Ángel y los eclécticos, y conocerá a Velázquez. En sus obras utiliza una pincelada muy amplia y un rico colorido. Sus formas son complicadas y opulentas y poseen un gran dinamismo. Tiene obras que glorifican a la Iglesia triunfante, como El descendimiento, o El levantamiento de la cruz, en las que la composición diagonal remarcan la teatralidad, pero junto a esas obras tiene escenas profanas, de temática mitológica, en las que utiliza el desnudo, como Las tres Gracias. Y por supuesto retratos: Duque de Lerma. Es un pintor muy vitalista. Otras obras suyas son: El juicio de París, La venus de tocador, y El rapto de las hijas de Leucipo.
Antonie van Dyck es otro de los grandes pintores flamencos: La coronación de espinas. Es alumno de Rúbens, y un gran retratista. En 1632 es pintor de cámara de Carlos I de Inglaterra, al que retrata. En su obra fija las características del retrato inglés, un tanto amanerado y refinado.
Jacobo Jordanes es el tercer gran pintor flamenco. Sus cuadros son más sobrios y con menos movimiento, sin embargo es el más humorístico de todos, como se puede ver en su cuadro de El rey bebe.
De los talleres flamencos salieron una serie de pintores que se dedicaron a pintar cuadros de género, de pequeño tamaño, para las casas de la burguesía, como Jan Brueghel de Velours, Adrian Brouwer, David Teniers el Joven, Frans Snyders y Paul de Vos. Pintaron temas de interior familiares, las tabernas y bodegones.
[escribe] La pintura barroca en Holanda
Al contrario que Flandes, Holanda es la defensora del protestantismo y del triunfo de la burguesía. En el siglo XVII Holanda se coloca entre las grandes escuelas de la pintura con un marcado carácter nacional, gracias al desarrollo de la burguesía, que demandó gran cantidad de cuadros en los que se mostrase su estilo de vida. Presta atención al dibujo. Los colores son fríos, y el resultado es más realista que efectista. En realidad, el estilo está alejado del barroco, salvo en el caso de Rémbrandt. El tema preferido de los holandeses será el retrato, sobre todo el retrato colectivo, en el que aparecían los miembros de las corporaciones de hombres honrados. Utiliza temas de la vida real y cotidiana, escenas de interior, naturalezas muertas, paisajes y retratos, individuales y colectivos. Los acontecimientos más banales merecen la atención del pintor.
Frans Hals es el gran especialista, y creador, de los retratos colectivos, en los que con un gran detalle salen todas las gentes de bien. Utiliza tonos fríos y pinceladas planas pero vigorosas: La gitana, La bruja de Haarlem, Los arcabuceros de san Adrián, El banquete de los oficiales de san Jorge, Los regentes del hospicio de Santa Isabel.
Jan Vermeer de Delft es otro de los grandes pintores holandeses. Sus obras son tranquilas, calmadas, de interior, con figuras estáticas y una atmósfera intimista de ambiente burgués, aunque puede llegar a lo grotesco. En sus cuadros encontramos sencillez compositiva y escenarios realistas: La encajera, Mujer leyendo una carta, La muchacha del turbante.
Rembrandt es el gran pintor de la escuela holandesa. Rémbrandt es un pintor lleno de personalidad y uno de los grandes genios del arte. Sus obras respiran espiritualidad. Pinta retratos de la sociedad, y también a sí mismo, pero sus temas alcanzan a todos los campos de la pintura. Utiliza el claroscuro tenebrista de una manera muy acusada. También pinta temas religiosos, pero basados en el Antiguo Testamento. Es profundamente realista y pinta comportamientos humanos vulgares y paisajes melancólicos. Su ejecución es muy personal, usa espátulas y los dedos para extender la pintura, con lo que logra efectos de gran dramatismo. Sus obras más representativas son La lección de anatomía, La negación de san Pedro, Autorretrato, Betsabé y La ronda de noche.
Otros pintores son Peter Hooch, que nos muestra los edificios tanto por dentro como por fuera, las calles, las plazas y la vida ciudadana; Willem Claesz Heda y Jan van Huysum que pintan bodegones. Meindert Hobbema: La avenida Middelharnis; y Jacob van Ruysdael que pintan paisajes: El molino.
A pesar de los grandes pintores holandeses del siglo XVII, en el siglo XVIII la escuela pierde su prestigio, y no encontramos pintores de calidad internacional.
[escribe] La pintura barroca en Inglaterra
Inglaterra apenas cuenta con pintores, debido a la conocida aversión icónica del anglicismo. Además, en el siglo XVII la presencia de Van Dyck anuló a los demás. Tras la muerte de Van Dyck, en 1641, destacó William Hogarth: La vendedora de camarones.
En el siglo XVIII aparecerán algunos buenos pintores de estilo rococó, como Joshua Reynolds, famoso por sus cuadros de niños: La edad de la inocencia, y Thomas Gainsborough: Lady Margaret.
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miércoles, 13 de octubre de 2010

Paper Stretching.





Para los que se quedaron divagando en lo de estirar el papel, aquí un video-tutorial.

miércoles, 6 de octubre de 2010

EL RENACIMIENTO

EL RENACIMIENTO
(RESUMEN)
tomado de monografias.com (http://www.monografias.com/trabajos/renacim/renacim.shtml)
Introducción
Hasta llegar el siglo XVI las diferentes civilizaciones artísticas de Occidente se habían sucedido sin sobresalto. En siglo XV, Gótico y Renacimiento habían vivido uno al lado del otro, en buena forma. Pero, a partir de del siglo XVI, el arte occidental se dividirá en fuerzas contradictorias que esconden ideologías diferentes.
Dos figuras vienen a encarnar las ideologías opuestas: Erasmo y Lutero, el humanista y el profeta, el conciliador y el revolucionario. Erasmo sueña con hacer entrar el Panteón en el Paraíso. No viendo sino lo que las cosas tienen de común, lo intenta todo por salvar la unidad espiritual de Europa. Lutero el hombre sediento de Dios, resucita del viejo fondo de la Edad Media la imagen del hombre débil, el hombre gimiente bajo el destino pecador que le impone un Dios terrible.
Italia se encontraba dividida por estas dos fuerzas. Sobre una base intelectual en Romay sensible en Venecia, Rafael y Tiziano definen las leyes del clasicismo, que subordina el conjunto de la obra al equilibrio de todas sus partes entre sí, lo que hace que se atenúen los rasgos y la expresión, nace de esta ruptura de equilibrio una desesperación que atormenta los cuerpos y ensombrece los rostros. Tales exigencias de la expresión, sabrá mantenerlas Miguel Ángel dentro de los límites de la belleza..
De la confusa mezcla del clasicismo con el barroquismo, nace en Italia una crisis conocida bajo el nombre de "manierismo". Salvo la escuela veneciana, las demás escuelas quedaran afectadas por esta crisis, conduce a los artistas a la extravagancia en los gestos y las expresiones, al alargamiento desmesurado de las proporciones y a las contorciones en las actitudes.
Sin embargo el prestigio de Roma impuso el Renacimiento, y Europa se hallaba en un dilema, que era esquivar los temibles modelos de Miguel Ángel, Rafael o Leonardo ya que se está imponiendo el italianismo, es decir con el manierismo se estaba desplazando al gótico flamígero. Esta crisis favoreció a la proliferación del manierismo en Ámsterdam (Países Bajos), Leyden (Holanda), Amberes (Bélgica), Fontainebleau ( Francia), Basilea (Suiza), en el Danubio y en la Península Ibérica.
Apenas asimilado el Renacimiento, Europa en una revisión general de los valores, hallara una madurez definitiva que, tras una nueva crisis de crecimiento, permitirá que el siglo XVII, se pueda convertir en el siglo de oro europeo.
Este movimiento que tiende a crear un nuevo humanismo cristiano, pertenece precisamente al siglo XVI, durante este extraordinario siglo se incubo un mundo de ideas, de formas y de sentimientos contradictorios.
CONCEPTO, ORIGENES Y CAUSAS DEL RENACIMIENTO
Concepto de Renacimiento
Se denomina Renacimiento al periodo de la historia europea, caracterizada por un renovado interés por el pasado grecorromano clásico y especialmente por su arte. Con el Renacimiento, el hombre centra toda su actividad, en el hombre como tal, es decir después del aletargamiento medieval el hombre piensa ahora con una libertad de espíritu, que le conducirá a la libertad de pensamiento, el culto a la vida y el amor a la naturaleza son otros aspectos importantes, además el Renacimiento estableció como fuentes de inspiración el equilibrio y la serenidad. Pero lo más característico de esta época es la separación entre lo cívico y lo religioso.
1.1. Humanismo en el Renacimiento
Es la manifestación ideológica y literaria del Renacimiento. Los hombres del Renacimiento trabajaron con mucho entusiasmo en estudiar metódicamente las obras de la antigüedad, explorando ruinas, exhumando manuscritos y salvando de su destrucción valiosos documentos. Para ello recibieron la protección de príncipes y Pontífices, que les estimularon en sus investigaciones.
Primeramente se sintió interés tan solo por los autores y el arte latina, pero pronto se llego a su fuente, o sea al arte y la cultura griega. Así se desarrollo una mentalidad erudita, critica y apasionada por las ciencias y las artes, que se centro en el hombre y sobrestimó los valores humanos, de ahí el nombre de Humanismo.
La sobrestimación de estos valores y los descubrimientos geográficos y técnicos, crearon el orgullo y el individualismo del hombre renacentista. El Humanismo, tuvo sobre todo un carácter literario donde Dante y Boccaccio son considerados como precursores del mismo. Petrarca es considerado como el primer humanista.
1.2. Que fue el Renacimiento
Se denomina Renacimiento al movimiento cultural que surge en Europa el siglo XIV, y que se muestra como característica esencial su admiración por la antigüedad grecorromana. Este entusiasmo, que considera las culturas clásicas como la realización suprema de un ideal de perfección, se propone la limitación en todos los órdenes, lo que explica el calificativo de Renacimiento, pues en verdad, se trataba de un renacer, de un volver a dar vida a los ideales que habían inspirado aquellos pueblos.
El Renacimiento, desde luego no fue una simple exhumación de las artes antiguas. El interés por el arte grecorromano fue una consecuencia. En principio, se aspiro a una renovación en todas las parcelas de la cultura humana, filosofía, ética, moral, ciencia, etc. Encaminada a la hechura de un hombre que fuera comprendido y resumen de todas las perfecciones físicas e intelectuales. El hombre integral, el genio múltiple, en el que se concilian todas las ramas del saber en una actitud fecunda, fue la gran creación del Renacimiento que cristalizo en figuras que mantienen viva la admiración atreves de los tiempos, como un Leonardo da Vinci, un Miguel Ángel, un Rafael.
Orígenes del Renacimiento
El renacimiento tuvo su origen en Italia en los siglos XIV y XV, llegando a su apogeo al iniciarse el siglo XVI. De Italia se extiende lentamente por Europa excepto Rusia. A lo largo de los cincuenta años que van desde 1520 a 1570, discurre la madura plenitud del Renacimiento y también se percibe su ocaso. Toda la Europa de Occidente toma parte ahora en el movimiento de las artes y de las letras. La recepción de los gustos italianos se generaliza, los grandes maestros surgen ya no solo en Italia, sino en todo el ámbito de las monarquías occidentales.
Pero el desarrollo normal de la cultura renacentista se ve afectada por el hecho simultáneo de las luchas religiosas derivadas de la revolución protestante. Así, en Alemania, se corto el brote renacentista, al igual que en Francia con las guerras civiles de la segunda mitad de quinientos. Además en los países adheridos a las confesiones protestantes, el credo iconoclasta de los nuevos evangelios suprimió la ocasión de ejercitar el mecenazgo eclesiástico y, al menos en la pintura y la escultura, suprimió la temática abundante de los motivos iconográficos, con la rara salvedad de los temas bíblicos.
2.1. La extensión de la cultura
Gracias a la creación de universidades, escuelas y a medida que nos adentramos en el quinientos, la arquitectura Italiana y la estatuaria se abren camino en diferentes países europeos: en Inglaterra muy lentamente, pues el crisma religioso alejara de ahí a los artistas italianos que habían sido llamados a trabajar en el país y eran los más capacitados propagadores de la renovación artística; en los piases escandinavos se daban también algunas muestras esporádicas, debido al mecenazgo de los reyes; hasta en Polonia y en la Rusia, Iván III se recogía las ondas del arte italiano.
En Francia se hace más extensa la recepción del arte y la cultura italiana. Durante época de Francisco I continua la construcción de suntuosas edificaciones. De entonces data el castillo real de Chambord, el palacio preferido del rey para sus cacerías, pues aquellos castillos no tenían ningún fin militar. En 1546 comienza Pedro Lescot la contracción del Louvre, que sería el monumento triunfal de la arquitectura renacentista francesa, y poco después Delorme levantaría las Tullerias.
En España es donde, fuera de Italia, el arte del bajo Renacimiento ha hecho más considerables progresos. Teniendo ya el gusto italiano durante el reinado de los Reyes Católicos, más o menos combinando con un estilo local, la arquitectura continua ahí por los mismos cauces bajo Carlos V. Durante el reinado de Felipe II se depura mucho el gusto, se impone la sobriedad ornamental. El arte oficial de Felipe II favorece esta tendencia, Pedro de Toledo y Juan de Herrera son los grandes arquitectos de El Escorial, su obra cumbre.
LA PINTURA EN ITALIA Y SUS AUTORES
Llegada del Renacimiento a Italia
Con la llegada del Renacimiento apareció una nueva e influyente clase social constituida por los humanistas. Hasta entonces, la Iglesia había condicionado toda la vida cultural, pero ahora la ciencia llegaba directamente al ciudadano, gracias al aristotelismo, en boga durante los comienzos del Renacimiento. Ésta filosofía fue cediendo terreno al platonismo y el arte empezó a basarse sobre la propia ciencia. La geometría y otras ramas de las matemáticas ocuparon un lugar esencial en la nueva concepción de la cultura, se desecho el arte puramente lineal y se busco con ahínco la forma tridimensional.
La pintura italiana de los comienzos del siglo XV es todavía narrativa y escoge los muros de las Iglesias. La técnica, en especial con el fresco, es de gran sencillez. Sin embargo, con la pintura al óleo, el artista abandona la limitada temática religiosa y se complace en mostrar el esplendor de la forma, la luz y el espacio infinito.
El quattrocento
Durante el siglo XV, la Florencia de los Medicis vivió un momento culminante de la pintura.
Fra Angélico represento los primeros esbozos del Renacimiento, de su maestro Fray Lorenzo de Mónaco asimilo el brillante colorido. Toda la temática es religiosa y lo más notable de las obras, frescos y retablos, se encuentran en el convento de San Marcos, en Florencia.
Masaccio represento mucho en la conquista de valores táctiles. Gran parte de sus obras se han perdido, pero aun se pueden admirar los frescos que realizo en la Iglesia del Carmen de Florencia.
Fra Filippo Luppi realizo bellísimas Madonas. A Andrea del Castagno se le deben los frescos del convento de Santa Apolonia, los más monumentales del arte Florentino. En éste artista se nota la influencia del escultor Donatello y del pintor Masaccio.
Las escuelas
SIGLOS XIII-XIV. EL TRECENTO
Escuela Florentina
El primer pintor de quien se tiene datos es Cimabue, del que se conservan dos tablas con igual motivo: Una Virgen, en asiento de marfil, con el niño en brazos y rodeada de ángeles. Hay evidentes vestigios bizantinos, tanto en la simetría de la composición como la expresión asombrada de los rostros, y el oro profuso del fondo. Giotto de Bondone, se le debe el estudio directo de la naturaleza. Sus figuras poseen emoción y movimiento. Sus obras más importantes son los veintiocho frescos que tiene la Iglesia San Francisco de Asís.
Escuela Sienesa
Duccio di Buonisegna, es el primer pintor sienes importante. Su obra capital es la Madona para la catedral, en la que trata de introducir alguna expresión y realismo, aunque siga muy apegado a la rigidez iconita del arte bizantino. Su discípulo mas celebre fue Simone Martini, sabe dar a sus figuras más gracia y soltura, como lo revela la encantadora Anunciación, del museo de los Oficios.
SIGLO XV. EL CUATTROCENTO
Escuela Florentina
Los artistas Gentile da Fabriano, Paolo Ucello y Andrea del Castagno aportaron nuevos conocimientos y técnicas, y se plantean problemasde representación visual, como el de la perspectiva, que fue una preocupación dominante entre los pintores de la época. Sin embargo, el arranque de toda la pintura moderna es la obra de Masaccio, pintor que en su fugaz existencia dejo ver las posibilidades de su talento en unos frescos que pinto en la capilla Brancarrio de la Iglesia del Carmen, en Florencia. Muchas son las cualidades que hacen de esta pintura un hito: El estudio directo de la naturaleza, la fuerza de la pincelada, el impresionismode efectos, la ilusión de luz, la expresión humana de los gesto. Por primera vez en la pintura el aire envuelve a los cuerpos y se siente una atmósfera real. Masaccio observa la degradación de los colores por la distancia y se nota la influencia que la calidad de la tela tiene en la estructura de los pliegues. Interesado en hacer una pintura sólida, Masaccio rechaza los colores brillantes y emplea blancos y negros para modelar los cuerpos. De Masaccio parte la línea realista que, accidentalmente seguirá la pintura italiana al alejarse del idealismo.
Los últimos grandes artistas del siglo se resienten en la sensualidad del ambiente y buscan inspiración en los temas mitológicos paganos que caracterizan el Renacimiento. Los mismos temas piadosos pasan a ser un pretexto para mostrar el Fausto de la alta burguesía florentina. Sus paisajes son muy a menudo las amenazas campiñas toscanas, los de brillante corte de los Medicis, y sus escenarios urbanos, los asuntos palacios de la época.
Sandro Botticelli, también protegido de los Medicis, pinto alegorías de refinada sensualidad en las que reflejaba el gusto paralizante de sus mecenas. Botticelli mantiene un estilo cortado, ceñido, que se basa naturalmente en un dibujo firme, que aísla la figura con todo rigor. Los cuerpos, deformados por una estilización que busca más que nada el ritmo plástico, tiene sin embargo, una gracia particular que encuentra su razón de ser en le apariencia de ingravidez. Las figuras de Botticelli carecen de peso y dan la impresión de moverse flotando sin tocar el suelo. Realizó también unos frescos en la capilla Sixtina y una serie de ochenta dibujos para ilustrar la divina comedia.
Escuela de Perusa
A la elegancia un poco dura de Florencia, aparece Piero de la Francesa, su principal representante, se intereso mucho por los problemas del claroscuro y perspectiva; en particular le apasionaron los luminosos, pero no tanto por el efecto de la luz sobre las cosas, como por la naturaleza de las mismas. Sus ensayos en este sentido llegan a dar la sensación de que sus figuras están modeladas en material dotada de luz propia, intima, radiante. Los frescos como la Leyenda de la Santa Cruz, en el ábside de la Iglesia de San Francisco, en Arezzo, son una obra de arte en luminosidad.
Su discípulo Melozzo de Forli es célebre por sus ángeles músicos. Otro gran pintor de la escuela es Pedro Vanuci, llamado el Perugino, artista que en su tiempogozo de larga fama. La dulzura de la luz general del cuadro, el dibujo irreprochable de la figura y la poesía de sus paisajes de fondo, justifican el nombre de Perugino, que hubiera podido lograr más duraderos laureles si no se hubiese dejado llevar por un sentimentalismo que hace amanerada su pintura. Sus obras más importantes son los frescos de la Capilla Sitian y los de la sala de Cambio, en Perusa, su patria.
Escuela Veneciana
Ésta escuela que empezó tardíamente sobrevive a las de Florencia y Roma, agotadas en el siglo XVI. En siglo XVII aun nos sorprende con un narrador espléndido, como Tiepolo, gran colorista y con Guardi y Canaleto, que nos retratan la vida pintoresca de la Venecia dieciochesca. El apogeo artístico de Venecia corresponde al siglo XVI, pero ya en este destacan Gentil Bellini y su hermano Gian Bellini, que combinan las ganas encendidas de Ticiano con un difuminado a lo Leonardo. Un pintor siciliano establecido en Venecia, Antonello de Mesina sobresale por el fuerte realismo de sus retratos, mientras que Capaccio, autor de la Leyenda de Santa Ursula, se distingue en la realización de vastas composiciones de genero.
Escuela de Padua
El nombre de Andrés Mantegna sirve por si solo para dar prestigio a esta escuela. Interesado en las cuestiones de la representación visual del objeto, Mantegna presenta con frecuencia en sus cuadros una dificultad perspectiva, que resuelve con elegancia. Sus impecables escenarios arquitectónicos, tomados de la antigüedad, ofrecen puntos de fuga muy a ras del suelo, huidas de línea hacia el centro del cuadro en prodigiosa ilusión de profundidad. Los escorzos de sus figuras son, por el mismo motivo, violentos y de complicada resolución dibujistica, como el extraordinario Cristo Muerto.
SIGLO XVI
Escuela Milanesa
Cuenta con un solo nombre, Leonardo da Vinci, no fue solo pintor, dejo escritos interesantes sobre ingeniería, química, y otras ciencias; escultor, músico, escritor. La suavidad de las formas, la delicadeza del color, el esmero en el detalle, el exquisito difuminado, el famoso esfumado Leonardesco, la conjunción de sensualidad, la expresión lejana de sus ojos de gruesos párpados, y la de las manos, elegantes y finas, son notas inconfundibles de su estilo.
Los problemas técnicos torturaron a Leonardo toda su vida. Por eso sus obras son escasas, y algunas a punto de perderse por el deterioro de los materiales de empleo. Pocas pinturas habrán suscitado más comentarios que la celebre Gioconda, de su corta producción se puede citar Santa Ana, La Virgen de las Rocas y La Ultima Cena pintada para el refectorio del convento de Santa María de las Gracias en Milán.
Escuela Romana
Los más importantes son: Rafael Sanzio y Miguel Angel.
Rafael, aunque vivió poco, dejo una obra vasticima que significa la síntesisde las mejores cualidades de los pintores precedentes, unificadas y reavivadas por u autentico genio de la fabulación plástica. De Masaccio aprende Rafael a dar equilibrio a las figuras, de Leonardo la pureza del dibujo y los secretos del difuminado; de Fra Bartolome la firmeza de la composición. Pero la gracia, la riqueza narrativa, los traía el, para dar realidad a la constante idea del Renacimiento.
Como retratista, ocupa un lugar eminente: Retratos de Julio II, de la Fornaria, Baltasar de Castiglione, etc., dotados de una aguda penetración psicológica. Pero a las obras son sus Madonas, de un naturalismo idealizado: Madona del Jilguero, Madona de la Silla, Madona de la Paz, La Bella Jardinera, etc...
La obra pictórica de Miguel Ángel responde también a esa tendencia a lo grandioso, a lo dramático y exasperado que hemos visto en sus esculturas. Miguel Ángel trasplanta al campo de la pintura los medios expresivos de la estatuaria. La máxima ilusión de relieve, el además esforzado, el gesto patético, caracteriza el estilo pictórico de Miguel Ángel.
Su obra maestra, el techo de la Capilla Sixtina, es una majestuosa interpretación del Génesis, en el que se agitan más de trescientas figuras de tamaño mucho mayor que el natural. Años más tarde, en la pared frontal de la misma Capilla, pinto su tremendo Juicio Final.
El cinquecento
El siglo XVI, señala el apogeo de la pintura renacentista italiana y constituye una de las épocas más brillantes del arte universal. No podía ser de otra manera con la coincidencia en el tiempo y en el espacio de maestros de la talla de Leonardo da Vinci, Miguel Angel, Rafael y Corregio.
Así como Florencia ejerció la homogénea artística en la centuria anterior, ahora es Roma la que irradia al mundo entero el poderoso influjo de estos artistas. Los pintores posteriores se limitaron a seguir las normas trazadas por los grandes maestros.
Solamente Venecia mantuvo un estilo original, basado en el intenso cromatismo y en una pincelada ancha decidida que buscaba llegar a una especie de vibración luminosa de colores. Hasta cierto punto esta ciudad permaneció al margen de la creación artística de los grandes maestros romanos.
Sandro Botticelli
Nació en Florencia en 1445 como Alessandro di Mariano Fillipepi Fue acusado anónimamente en 1502, ante la Uffiziali di Notte, la institución ante la cual los ciudadanos Florentinos podían denunciarse mutuamente por crímenes reales o imaginarios, por un acto de sodomía con uno de sus ayudantes. Independientemente que la denuncia fuese basada en hechos ciertos o no, hay un dato significativo de la vida de Botticelli: Nunca se marcho del hogar familiar. Otros detalles que hablen de su sexualidad pueden encontrarse en sus obras: Sus bellísimos ángeles, de sexualidad ambigua, abrazándose entre ellos...
Leonardo da Vinci
Nació en 1452 y a los 24 años fue objeto de una denuncia anónima por prácticas homosexuales. La acusación involucraba a un prostituto de 17 años, Jacopo Saltarelli, del cual se decía que había tenido relaciones con varios hombres, incluidos Leonardo y su maestro Verrochio. Aunque todos fueron declarados inocentes, el interés sexual de Leonardo se centraba en hombres más jóvenes, a muchos de los cuales contrataba como ayudantes. Uno de ellos fue Salai que según Vassari era un joven de belleza y gracias extraordinarias, con un hermoso cabello que llevaba en bucles, y que encantaba a su amo. Al parecer Leonardo mimo y consintió a Salai perdidamente. En 1497, ante una carta factura de ropa del muchacho, el pintor escribió, "Esta es la última vez, querido Salai que te doy más dinero". Sin embargo vivió con el otros 18 años más. Formo otras amistades intimas con sus ayudantes, lo que hace pensar que los escogía por su apariencia física. Francesco Metzi vivió con Leonardo hasta su muerte y heredó gran parte de sus bienes.
Miguel Angel Buonarroti
Tenía 57 años cuando conoció a Tommaso Cavalieri en el verano de 1532 en Roma. Hermoso y de aguda inteligencia, Cavalieri tenía poco más de 20 años y procedía de una influyente familia romana. El amor apasionado de Miguel Ángel por Tommaso se describe en sonetos que tratan tanto del amor físico como espiritual.
La relación entre Miguel y Tommaso responde al ideal platónico de un hombre maduro que ama a otro mucho más joven. Es posible que Tommaso no respondiera a la pasión del genio. No obstante la relación duro 30 años hasta que el artista murió.
Rafael Sanzio
Nació el 6 de febrero de 1483 en Urbino, su primer maestro fue su padre Giovanni, quien era pintor de la corte de Urbino, pero su adiestramiento formal se lleva a cabo en el taller de Pietro Perugino.
Llego a Florencia en 1504, cuando el Renacimiento llegaba a la cúspide de su esplendor, el pintor busco aprender nuevas cosas en la ciudad, así fue como Miguel Ángel tomo la severidad y la fuerza en el dibujo, y de Leonardo el claroscuro esfumado.
En 1548, Rafael dio inicio a una obra importantísima: "Transfiguración"; esta presenta una visión ausente en los anteriores trabajos del artista. No alcanzo a terminarla y el día de su entierro a la cabeza de su ataúd estaba la inconclusa "Transfiguración".

LINKS
http://divulgamat.ehu.es/weborriak/historia/HistoriaImagen/Renacimiento.asp

http://www.homines.com/arte/introduccion_renacimiento/index.htm

http://www.cibernous.com/crono/historia/renacimiento/rena.html

http://www.google.com.mx/search?q=EL+RENACIMIENTO&hl=es&sa=G&rlz=1R2GPCK_enMX357&prmd=ib&tbs=tl:1&tbo=u&ei=t-KsTPuHN4n2tgPxsonIDA&oi=timeline_result&ct=title&resnum=16&ved=0CFcQ5wIwDw

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